(cont. La hora del San Martiño)
Filloas |
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Las filloas de sangre se consumen mucho en la época de la matanza y sirven tanto como postre, desayuno, merienda o entrante de una comida. Son adoradas por los parroquianos de las aldeas y vistas con recelo por gente de zonas urbanas. Llaman la atención por su color y su gusto pastoso.
Modo de elaboración:
Se mezclan todos los ingredientes y hacemos una pasta. Untamos una sartén grande con un
trozo de tocino cogido con un tenedor. Echamos un cucharón de la mezcla y dejamos hacer
por una cara. Cuando esté cuajada la filloa le damos la vuelta con las manos y la dejamos
hacer por la segunda cara. Se retira a una bandeja. Repetimos un untado con el tocino y
echamos otro cucharón de la masa. Se van haciendo hasta acabar la pasta. Las filloas las
vamos poniendo en una bandeja unas encima de otras. Cuando se sirven, se presentan con
miel o azúcar e enrolladas.
Consejo:
Si no se tiene una bandeja de hierro es mejor usar una de fondo bien grueso, eso facilita
que la filloa se haga de manera uniforme y no se queme en el centro.
Receta cedida por Edicións
Xerais, de su libro A cociña galega de montaña, de Gloria Gallego.
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